La charla con el café fue una interesante “conversación-conóceme”. Ahí supe algunos detalles de la vida familiar de Alter, la relación con su padre, sus hermanos y su madre, que aún no saben de su condición. Igualmente yo le hice saber la relación que llevo con mi familia, cómo le había contado a mi madre de mi homosexualidad, y otras cosas. Nos reímos de situaciones de chats anteriores, de esto y de aquello (como supongo que son todas las primeras conversaciones)

El plan desde un comienzo (otra excusa para juntarnos) era asistir a una exposición de pintores españoles que en ese momento había en el Museo de Bellas Artes, y cómo ninguno quería quedar de “menos observador de arte” que el otro (jaja, no se si es tan así) y como obviamente no queríamos otro café, nos fuimos al museo.

La cosa es que fuimos rumbo al Bellas Artes y nos sentamos en una banquilla cercana, y aquí es donde ocurre otra situación peculiar: se nos acercó el típico “poeta” callejero que entrega (aunque le pongas tu mejor cara de perro) unos humildes papelitos con sus humildes poemas, y vaya que este hombre merecía el apelativo de “típico”, pues lleva entregando los mismos poemas hace mil años! De hecho Alter le había “comprado” uno hace muuucho tiempo. Para los amantes de la buena lectura, este mítico y nómade artista se hace llamar COKE (lo conocen?). En fin, esas son las líneas que he dedicado a la difusión cultural, pero lo que realmente fue interesante de este incomprendido diamante en bruto “Coke”, fue que nos preguntó:”¿Socítos, ustedes son hermanos?” (independiente de que haya tratado de lograr una conversación amena para conseguir algo de nuestro abundante dinero, nos quedamos plop!). Esa será la primera de muchas veces, que nos encontrarán parecidos.

En ese entonces pensamos: “Oh! Que interesante, que divertido”, ahora más bien es: “Otro weón más…”

Volvamos al museo.

Gustoso pagué mi módica tarifa ‘escolarsss’ y nos adentramos en el mundo de las “artes bellas”. A unas cuantas horas de habernos conocido ya podíamos hacer unos comentarios más interesantes acerca de los cuadros: “Ohhhhh….”, “Hmmmm....”(tocándose la barbilla), etc… Bueno, eso lo hicimos en broma. La verdad es que sí pudimos saber algo de nuestros gustos en pintura, a él las marinas y el realismo, a mí el surrealismo.

En una de las galerías había un cuadro (que pueden apreciar a su derecha) que mostraba a un mercader y su “perla”, y yo (tan crítico del arte) para amenizar imaginé en voz alta

un posible pregón para dicho mercader: “LLEVE LA MODA, LLEVE LA MODAA!!” jojo. Bueno, el chiste cumplió su objetivo y hasta el día de hoy lo recordamos, por eso merecía un espacio en la historia de nuestro primer encuentro…

To Be Continued and Ended

eGO!

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