Cita a Ciegas

Mi vida amorosa era bastante incierta, me sentía solo y a los 22 años todavía no conseguía tener una pareja (eso suena como infomercial de “fono cupido”, jojo).

Alguna vez tratando de encontrar una guía en una sesión de tarot me dijeron: “todo está en tus manos” Uf! Me carga esa frase típica de los tarotistas que es como decir nada! Ok, todo está en mis manos pero que cresta hago con ellas!? Bueno, con el paso del tiempo le encuentro más sentido a dicha astro-esotérica afirmación. He aquí el porqué:

Siempre me atrajo la Internet como un medio “seguro” de conocer gente homosexual, principalmente en chats, pero nunca había dado el, en cierta forma temido, paso de ingresar a un sitio de “contactos”, hasta que un cyber-amigo de yankeelandia me recomendó un sitio, que me llevó a otro sitio y luego a otro, para finalmente llegar a GAYDAR http://gaydar.co.uk (¿lo conocen?)

Bueno, el 99,9% de las fotos eran penes, cuerpos desnudos sin cara o chicos en leather en una actitud muy lejos de ser excitante. Eso hizo ciertamente más fácil mi elección: me incliné por el 0.1% restante.

Así comenzó una comunicación por messenger con las personas que en una primera instancia me parecían más interesantes. Una de ellas era un chico que a pesar de no tener foto en su perfil (lo que ayuda a llamar la atención en un comienzo), chateando me parecía muy llamativo, “hueveábamos” mucho por msn y sumaba más y más puntaje en el “casting” (como ambos lo llamábamos) que estaba realizando por msn.

Cuando recién empezamos a chatear ni siquiera tenía foto en su msn, siempre ponía fotos de bandas (Anathema y otros), yo sentía que en cierta forma no se quería mostrar, hasta que un día entré de improviso y paf!! Me llevé la sorpresa de ver una foto al más puro estilo “carnese” en la esquina superior de mi pantalla. Trató de convencerme que era de un amigo, pero terminó asumiendo. En todo caso no había de que avergonzarse, al contrario! Para mis adentros pensaba: “hm, que interesante, un poco borrosa, pero que interesante” :)

Sólo dos semanas pasaron antes de que yo tomara la iniciativa (lo que será la tónica de nuestra relación, jojo) y le preguntara gentilmente si aceptaría juntarse conmigo. Era mi primera cita a ciegas!!! Que estaba haciendo?! Que miedo! De todas maneras ya estaba un poco impaciente. En vista de la abundante exhibición de mis encantos desplegada a lo largo de esas dos semanas era imposible que se resistiera a tan tentadora invitación…

Y aceptó.

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